Me gustaría que los reggaetoneros fuesen más diligentes en señalar los problemas sociales en Puerto Rico, como lo son cuando sienten expresarse sobre Venezuela. Desde hace un tiempo (HACE TIEMPO) me he preguntado por qué los artistas de reggaetón, en su mayoría hombres, son incapaces de asumir posturas políticas referentes a Puerto Rico. No es que no lo hayan hecho, es que es una rareza que ocurra. En sus inicios este género musical contaba con muchas producciones nutridas por canciones que señalaban distintas realidades sociales en Puerto Rico. Por ejemplo, Don Chezina y Eddie Dee tenían "Seala" y "Señor Oficial", respectivamente, donde señalaban la brutalidad policiaca; Ivy Queen tenía canciones sobre el discrimen y la violencia de género; y Diente y Jason (The Cream Vol. 1) cantaban sobre la violencia callejera en el país. Pero a medida que siguió avanzando esta música los artistas se enfocaron en hacer canciones sobre sexo, baile y el (des)amor; el maleanteo también tuvo y tiene una parte importante. Una entonces se pregunta qué pasó con todo ese potencial que tenía este género de denunciar distintos problemas que nos afectaban como país. Y no tanto en cuestión musical, sino, qué pasó con los reggaetoneros que hoy por hoy no son capaces de hacer expresiones claras sobre cuestiones sociales y políticas en Puerto Rico.
Pensamos lo obvio: las exigencias del mercado junto con la cruzada del gobierno por erradicarles, obligaron a los exponentes del reggaetón a producir letras más complacientes para el consumo general. También, el ver esta música como una posibilidad real de hacer dinero les empujó por esos lares y les entendemos. Por otra parte sabemos que el reggaetón es sumamente marginado y constantemente se le exige a sus cantantes que modifiquen los mensajes que llevan en sus canciones ya que se piensa que atentan contra las normas de nuestro país. No obstante debemos reconocer que a pesar de todo lo que se le ha exigido al reggaetón y sus artistas, estos (otra vez, la mayoría hombres) han hecho cuanto han querido con su música. Han dicho y cantado en muchas ocasiones de lo que les da la gana. Una pensaría y desea que con la fama indudable que han alcanzado los reggaetoneros, estos utilicen sus voces para señalar distintas cabronerías políticas que suceden en Puerto Rico, que nos mantienen en una crisis social que llevamos años arrastrando. Sin embargo, esto no pasa. Y si pasara... ¿qué podemos decir? Por ejemplo, Daddy Yankee en un momento se expresó para apoyar al republicano candidato a la presidencia estadounidense John McCain; Tito El Bambino se expresó para apoyar al actual y controversial gobernador; y Cosculluela una vez dijo que él no hablaba de política porque no entendía esas cosas. Mientras, Puerto Rico sigue sometida a un gobierno extranjero y pocos o ninguno, ha dicho algo. Mientras la corrupción sale a la luz, pocos se han expresado condenándola. Mientras una Junta de Control Fiscal nos impone condiciones de vida atropelladas, nadie en el reggaetón dice algo al respecto. Ni tan siquiera para impulsar conversaciones sobre la despenalización de las drogas (tema muy presente en esta música) estos artistas han levantado su voz. De la violencia de género ni hablar. Y me encontré preguntando ¿por qué el reggaetón no toma posturas firmes y consecuentes sobre lo que verdaderamente nos aqueja? Entonces me vino a la mente una línea de Arcángel donde éste dice: "Universidad, no me hable de eso". Y la mente me corrió a millón. No podemos obviar que muchas de nuestras estrellas del género salieron de espacios marginales. Muchos tuvieron una educación pública, que como sabemos, en Puerto Rico, no es una educación que incita a romper con el "statu quo". Muchos de ellos por más "realizados" que sean no tienen conciencia de clase, género, política, etc. No levantan su voz contra los asuntos que nos aquejan como pueblo porque es algo que no le es costumbre hacer. No meten la cuchara en cuestiones políticas porque de donde provienen, sus condiciones materiales les obligaban a concentrar sus esfuerzos en un modo de sobrevivencia. Y todavía pasa. Espacios, grupos y personas marginadas en Puerto Rico estamos en la brega siempre. Buscando cómo llegar a fin de mes. Sin mucho tiempo para proponer cambios estructurales. Esta es la realidad que nos aqueja y que podemos ver en ocasiones en el reggaetón (y ahora el trap). El Sistema realmente nos ha desprovisto en muchas áreas de las herramientas necesarias para impulsar nuevas formas de pensarnos y gobernarnos. La educación siendo la más importante. Y por eso creo que existe este gran bache entre reclamos sociales y el reggaetón. Por eso creo que lo político es el cuco del reggaetón. No se le entiende fácilmente y no se le mete mano. Por eso creo que es más fácil ver una manada de artistas desbordándose en apoyo a Venezuela; haciendo su "parte política", mientras que en Puerto Rico no dicen "ni jí" sobre lo que nos aqueja. Pa' toa' esta gente aquí en Puerto Rico estamos bien. Salvo cuando la criminalidad es rampante y los dedos acusatorios señalan al reggaetón y sus artistas como los responsables de la violencia en las calles de nuestro país. Ahí si son buenos pa levantarse como clase artística (y no todos caen en ese juego) y pedir un cambio social en Puerto Rico "whatever that means". No sé, me gustaría que los reggaetoneros fuesen más diligentes en señalar los problemas sociales en Puerto Rico, como lo son cuando sienten expresarse sobre Venezuela. Antes de hablar de dictaduras en otras partes del mundo, o de cualquier otra banalidad, hay mucho de lo que debemos hablar en este país; el autor se incluye.
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Bryan Negrón TorresCocinero, ex estudiante de maestría en Sociología en la Universidad de Puerto Rico que usa el reggaetón como foco principal para analizar la sociedad puertorriqueña. Archivos
Enero 2019
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